Las cuentas pendientes
Llegó el último
escalón del Rugby Championship a Rosario y Los Pumas cierran su participación con
tantas certezas como cosas por mejorar. Cuando comenzaba la temporada y el
sueño empezaba a ser realidad, desde éste lugar comentábamos que los desafíos
eran varios, desde lo deportivo hasta lo institucional.
En el
aspecto del juego podría decirse que el saldo fue más que positivo, porque el
equipo de Phelan se dio cuenta de que pudo jugar en el alto nivel
internacional. Es verdad que para ganar hay que dar algo más de lo que se dio,
pero quien imaginaba antes del certamen que salvo el debut ante Sudáfrica la
excursión por Oceanía resultaría una grata sorpresa y que sólo en el minutos
finales All Blacks y Wallabies pudieron definirlo a su favor.
Tanto Steve
Hansen como Robbie Deans destacaron las bondades defensivas de los argentinos,
y esa es una buena plataforma para crecer, pero entre las cuentas pendientes
habrá que trabajar en la ofensiva y traducir en puntos cada vez que haya una oportunidad.
Las patadas a los palos y sus ejecutores son una deuda pendiente, en la que
habrá que enfocarse para la próxima temporada. Con el tiempo perder por poco no
alcanzará y la desazón por la oportunidad perdida en Gold Coast ante los
australianos será una claro ejemplo de que para dar el paso definitivo no habrá
que dejarlas pasar más.
La experiencia en La Plata significó un retroceso como manifestaron casi todos los integrantes del seleccionado. Sin embargo puede ser un buen paso para crecer definitivamente. Se cometieron más errores que en todo el resto del certamen y los 7 tries que le marcaron los All Blacks volvieron a mostrar falencias en el aspecto defensivo. El último partido ante Australia en Rosario, será el desafío para poder ganar y reencontrarse con todo lo bueno que se hizo.
En los
otros aspectos, el PLAR puede resultar una buena herramienta para formar
jugadores en puestos claves, como segundas líneas, pateadores y tres cuartos
potentes y con poder de definición. Pero ese será un desafío de los dirigentes,
de los que nos referiremos a continuación.
Decíamos
que el desafío para crecer llegaba también de la mano de los que conducen. La
expectativa y la organización en Mendoza fueron espectaculares, con pleno
reconocimiento de los sudafricanos y un estadio Malvinas Argentinas que estaba
a full. La llegada de los All Blacks al estadio Ciudad de La Plata se esperó
como uno de los acontecimientos deportivos del año con entradas agotadas mucho
tiempo antes y una participación de la gente que será difícil de olvidar. Y la
visita de los Wallabies a Rosario será el cierre de un gran torneo, en una
ciudad con gran arraigo rugbístico y un sentir del juego identificado con la
propuesta de juego abierto de los australianos.
Y entre las
cuantas pendientes no podemos dejar de mencionar el escándalo de la UAR,
empañando la fiesta que el rugby argentino vivió esta temporada. Dijimos que
mucho del éxito esperado se debía a una conjunción entre el juego, la organización
y los responsables de mantener en el tiempo este período tan esperado. Si de
esto no sale nada claro no habrá servido de nada tanto esfuerzo y entre los que
dirigen habrá que encontrar a los culpables de tamaña irresponsabilidad. No se
lo merece el rugby argentino, ni este momento por el que tantos lucharon y
disfrutan con el presente de Los Pumas.
Serán
cuentas pendientes que deberán pagar, y que esperemos no dejen huellas sin
cerrar: si no es así sepultarán las ilusiones de miles de almas que lucharon
por estar en este privilegiado lugar.
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