Nunca se dio por vencido
La de Nicolás Pueta es una de esas historias que son dignas de contar y compartir. Jugó al rugby desde chico en el club San Andrés, sin importarle que una malformación congénita lo acompañaba desde su nacimiento.
Su voluntad y espíritu para encarar las cosas le hizo superar lo que para otros hubiera sido un trauma, y verlo en la cancha fue una de esas experiencias que uno nunca podrá olvidar.
Pero más allá de aquel encuentro que fue por el 2000, el placer fue conocer a un chico y una familia sensacional, compartir un estudio de radio con él y el grupo de Rugby Champagne y la enorme satisfacción del reconocimiento internacional, cuando en el Mundial de Francia 2007 la Internacional Rugby Board le entregó el premio del Ejemplo al Esfuerzo Deportivo.
Pero Nicolás no sólo sobresalía por su dedicación y esfuerzo dentro de la cancha, sino que además lo hacía en sus actividades del Colegio San Andrés, con influencia escocesa. Ese año Nico se destacaba como protagonista de Hamlet, la obra que representaba con su curso toda hablada en inglés, tocaba el clarinete en la banda de su escuela y se preparaba para iniciar una gira con su equipo por todo el Reino Unido.
La producción fotográfica en el club Pueyrredón fue todo un éxito, ya que las autoridades nos abrieron las puertas en un día feriado en la ciudad y todos sus compañeros se prestaron gustosamente para que la historia de Pueta tuviera el reconocimiento merecido.
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