sábado, 1 de septiembre de 2012

Y ahora, que se vengan los All Blacks!!!

Una historia que está por escribirse


El empate ante Sudáfrica es una buena plataforma para apuntalar los sueños y si ellos vienen de la mano de Los Pumas uno sabrá que todo es posible. 
En la próxima expedición a Oceanía en el vuelo transpolar que entregará en una semana dos duelos apasionantes ante Nueva Zelanda y Australia, uno quisiera escuchar en la voz del "Negro" Coccia la frase: "Y ahora, que se vengan los All Blacks" como grito de afrenta cuando los cultores del Haka se paren enfrente y muestren todo su potencial.

La historia de Los Pumas ante los neozelandeses no sabe de éxitos, y al igual que ante los Springboks tiene numerosos antecedentes y protagonistas para preanunciar que se vienen dos espectaculares partidos. 



El primero que se viene en el recuerdo es el único empate del historial, aquel de la cancha de Ferro cuando en 1985 igualaron en 21 tantos. El día de los 21 puntos de Porta y el scrum sobre el final del partido, con el flaco Ure muy cerca del in-goal y la sensación de que va a llegar el try. El pitazo del árbitro que marca el cierre y un empate que deja masticando bronca y sensaciones ambiguas de lo que pudo ser un gran triunfo ante los que 2 años después serían los primeros campeones del mundo.

Un equipo soñado que integraron Bernardo Miguens; Juan Lanza, Diego Cuesta Silva, Fabián Turnes y Pedro Lanza; Hugo Porta (c) y Guillermo Holmgren; Ernesto Ure, Tomás Petersen y Jorge Allen; Gustavo Milano y Eliseo Branca; Fernando Morel, Alejandro Cubelli y Diego Cash. Ingresaron: Rafael Madero y Sergio Carossio.

             
Fuente: Leyendas del Rugby

Les cambió la cabeza

El gesto serio y los bigotes anchos eran característicos en los rasgos de Alex Wyllie, el conductor que le cambió la cabeza a Los Pumas. Llegó como asesor y terminó como entrenador del equipo que superó la barrera y clasificó por primera vez a los cuartos de final en Gales 1999.
Fue el mundial de los tantos de Quesada y la voz del negro gritando "aaaaaaadentroooo".
Fue la copa en dónde aguantamos a puro empuje contra los irlandeses y en la que se armó el equipo que finalmente logró el bronce en Francia 2007. Fue el certamen de la inmortalizada imagen de Albanese llegando al in-goal y el neozelandés sonriendo junto al abuelo Rolandi porque Los Pumas quedaban por primera vez entre los 8 mejores.
La anécdota quedará en el recuerdo en una de las tantas prácticas en la cancha de Newman en Benavídez: por esas épocas en las que la posesión y el control de la pelota eran una de las cuentas pendientes, si el que la llevaba cometía knock-on, todos debían hacer 10 flexiones de brazos como castigo: imágínense a la quinta vez, la mirada de los jugadores hacia el que se le caía.
Así fortaleció Alex una idea de juego y el compromiso para llevar la concentración a su máxima expresión.

      

Los All Blacks eclipsaron Mar del Plata

No había circuito de seven y Mar del Plata y su estadio mundialista recibieron un gran torneo con más de 25.000 espectadores por jornada. Los de negro eran los mejores del circuito de la mano de Gordon Tietjens, su reconocido entrenador y el carismático capitán, Eric Rush. Los All Blacks fueron los campeones al vencer en la final a Francia, pero lo que nunca se olvidará fue el haka con el que festejaron el título, ante el silencio de un estadio colmado y los flashes que se multiplicaban desde las gradas para explotar con el final de la danza y el reconocimeinto general.  
Los Pumas jugaron un gran certamen y llegaron a las semifinales luego de eliminar a Australia. Fue un equipo plagado de figuras, con Tati Phelan, Felipe y Manuel Contepomi, Manasa Fernández Miranda y el negro Gaitán entre sus integrantes.


Tan cerca, tan lejos

La cancha de River recibió a los All Blacks en el 2001 y Los Pumas jugaron uno de los mejores partidos que se recuerden. Un primer tiempo arrollador y un dominio que parecía conducir al primer triunfo. La noche que Arbizu les hizo dos tries, y ante 50.000 espectadores.
Pero llegó el fatídico minuto final, en el que Felipe dejó una pelota adentro de la cancha en su despeje y la contra de los de negro volvió a definir un match a su favor. Fue 24-20 y la sensación todavía queda como un nudo en la garganta. Tan cerca y tan lejos una vez más, el triunfo fue para los All Blacks. 


Fuente: fotos Rugby Fun

El golpe más sentido

Fue un golpe de knock-out, directo a la mandíbula y al corazón de un equipo que se debatía entre el amateurismo y el profesionalismo, la eterna discusión del rugby argentino de esas épocas. Fue el 21 de Junio de 1997, en el Athletic Park de Wellington con 14 tries de los Kiwi y un 93-8 que dejó la sensación de una diferencia abismal y de que se debía encarar un trabajo diferente para jugar contra las potencias. Mauricio Reggiardo, integrante del staff actual, fue el pilar derecho en aquella fatídica noche de Nueva Zelanda.
     






La única victoria

Fue por el Mundial para menores de 21 años que se jugó en Australia en 1998. Repetían 13 jugadores del torneo anterior y conducían el plantel Héctor "Pipo" Méndez, Alex Wyllie y "Polo" Tahier, y además contaban con la ayuda de "Pochola" Silva en el staff.
Fue el único triunfo de la historia ante los New Zealand Colts. Rafa Silva era el capitán, en un equipo que también integraron Felipe y Manuel Contepomi, Nani Corleto, el Negro Gaitán, Julio Farías Cabello y Rodrigo Roncero.
Le ganaron a Sudáfrica 41-6, con John Smit y Victor Matfield, ambos campeones en 2007. También a Inglaterra, 49-6 y se quedaron sin el título en la última fecha cuando cayeron ante los locales. Pero fueron los únicos que se dieron el lujo de ganarle a un equipo neozelandés por un torneo oficial.

Fuente: Frankie Deges y www.ambito.com
 
 

2 comentarios:

Ricky dijo...

Muy buena la nota Nacho, yo estuve en la cancha de ferro en 1985!!.

Hernando De Cillia dijo...

Que cerca que se estuvo. Parece increíble como se le va la pelota al flaco Ure sobre el final, en un scrum que merecía ser try.